viernes, 5 de febrero de 2016

Cree y ten Fe para Ver la gloria de Dios






                 Hola a todos mis seguidores y nuevos visitantes, los bendigo y les deseo lo mejor en todas las áreas de su vida. Hoy quiero compartir con ustedes una enseñanza que les va a ayudar a despertar ese avivamiento espiritual de poder unirse más a Dios, agradándolo con su Fe.

                En el libro de Lucas encontramos a Marta afanada por los quehaceres hasta que tiene comunicación con Jesús.
 En el libro de Juan encontramos a una Marta transformada y llena de sabiduría, conocía muy bien la palabra de Dios en forma teórica, pero no creía en lo que ésta palabra podía producir en una persona llena de Fe.
Jesús le enseñó a Marta que si ella cree puede ver la gloria de Dios. “Creer te hace ver “.

                Creer no es una fórmula matemática ni una estructura. Para creer se debes seguir reglas pero no lógicamente, hay que apartar toda limitación mental y comenzar a pensar que TODO es POSIBLE.

Para VER necesitamos CREER, Para CREER necesitamos FE, para activar la Fe debemos leer y aprender la palabra de Dios y para que la Fe tenga vida, debemos aplicar el conocimiento de la palabra. Y recordemos que la Fe agrada a Dios, así nos lo enseña Pablo en la carta a los Hebreos.
               
                Es bueno que aprendas todo lo que puedas y le des el mejor uso a ese conocimiento para que no hagas como Marta que tenía las respuestas según la palabra de Dios y las uso para limitar los milagros que podía hacer Jesús cuando fue a despertar a Lazaro.


Versículos que utilice:

“Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa.
Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.
Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.
Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.  Lucas”. 10:38-42


“Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana.  (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos.)” Juan 11: 1-2
“Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro”. Juan 11:17
“Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa.
Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Más también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.
Jesús le dijo: Tu hermano resucitará.
Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
Habiendo dicho esto, fue y llamó a María su hermana, diciéndole en secreto: El Maestro está aquí y te llama.
Ella, cuando lo oyó, se levantó de prisa y vino a él.
Jesús todavía no había entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar donde Marta le había encontrado.
Entonces los judíos que estaban en casa con ella y la consolaban, cuando vieron que María se había levantado de prisa y había salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar allí.
María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.
Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió, y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve.
Jesús lloró.
Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba.
Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?
Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima.
Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días.
Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?
Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.
Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.
Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!
Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir”. Juan 11:20-44.
                “¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?” Santiago 2:20
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6


Si te ha gustado esta enseñanza, no olvides recomendarla para que se multiplique la bendición. Dios los bendiga y les conceda los deseos de su corazón.


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