Hace más de DOS mil años, hubo en Israel la inquietud por querer tener un Rey a parte de Dios. Así que Dios, a través de un profeta llamado Samuel, elige a Saúl.
En los tiempos de los reyes, era costumbre que el Rey fuera a todas las batallas que se hicieran. Así que en una de las batallas que Dios ordeno que hicieran contra los Amalecitas. La orden de Dios dada desde el profeta Samuel era que destruyeran todo lo que había en esa ciudad sin excepción. Saúl hizo como el quiso, tomando lo que le convenía y de paso dejo vivo al rey de esa ciudad.
Esta es una gran lección que Dios nos da. Cuando aceptamos a Jesús como nuestro salvador, debemos desechar cosas que guardábamos con otros propósitos, como por ejemplo: amuletos, figuras a las cuales nos decían que nos darían suerte y nos cuidarían, escapularios, jarras o envases que tengan dibujado figuras de dragones o culebras, material pornográfico, fotos de alguna pareja que hallas amado mucho y que ya hiciste tu vida con otra pareja y eres feliz, y todo lo que te produzca sentimientos negativos.
Las consecuencias de estas acciones fueron muy graves. Dios desecho de su corazón a Saúl y después de eso nunca fue feliz. Así puede pasar contigo y conmigo si creamos una relación con Dios y no estamos dispuestos a salir de todo lo que nos cause desanimo.
No dejes que Dios se aleje de ti.
La palabra de Dios nos enseña: :
Deuteronomio 30:19 A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia;
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Saludos y los bendigo con el amor de Dios.
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